La jaula en la lluvia

En la casa viven la mamá y las dos hijas. La mamá está cocinando, en la cocina.
Pica cebolla y habla con las hijas, pero nunca deja de picar vegetales. Nunca desatiende esa tarea.
Pasa Gabriela, la hija menor, con un abrigo puesto y la cartera en  mano, lista para irse.

Mamá: ¿Ya se van?
Gabriela: Si, ya pedí el remis. En un rato llega. ¡Fabiana! ¡Apurate que ya viene el auto! (le grita a la hermana que aun esta en el baño).
Mamá: ¿Entraste a los pajaritos?
Gabriela: ¡Uh, los pajaritos!
Mamá: Gabriela. Desde la mañana que te estoy diciendo que entres a los pajaritos. ¡Con el frió que hace!
Gabriela: Pero ¿Fabiana no los entró? Ella los saco el sábado por que el día estaba lindo.
Mamá: No les das pelota. ¿Para que tenés pajaritos? Estamos a Lunes Gabriela. ¡Y esta lloviendo!
Gabriela: ¡Fabiana! ¿Vos no entraste a los pajaritos? (Grita)
Mamá: Deben estar muertos de frío pobrecitos…
Fabiana: No nena. (Contesta desde el baño elevando la voz) Son tuyos los pajaritos. ¡Los dejaste abajo de la lluvia!
Mamá: ¿Cómo podes dejarlos afuera tres días? (comenta mientras pica cebolla)
Fabiana: Y el machito me parece que se murió.
Gabriela: ¿Cómo? (Asombrada)
Mamá: (Al mismo tiempo) ¡No me digas que se murió! Se me parte el alma pobrecitos… ¿Cómo no los entraste?
Gabriela: Pero… ¿Cómo que se murió? ¿A dónde están?
Fabiana: ¡Afuera boluda! Abajo de la lluvia.

Gabriela se pone nerviosa. Se acerca a la puerta del baño a donde está Fabiana. Da vueltas.

Gabriela: ¡Pero cómo no los entraste!
Fabiana: ¡Son tuyos nena! Encima que los saco cuando hay sol. Vos los tenés todo el día encerrados en esa habitación, a oscuras. ¡Ni de darles de comer te acordás!
Gabriela: ¡Pero no me avisaste!
Fabiana: Te mande veinte mensajes el sábado para que los entres y ni pelota me diste.
Mamá: (Opina desde la cocina, mientras sigue picando y preparando la cena) No podes dejar a los pajaritos afuera tres días. ¡Son animalitos muy delicados!
Fabiana: Y fijate por que seguro se murieron los dos.
Gabriela: ¿Los dos?
Mamá: ¡Gabriela andá a buscar a los pajaritos querés!
Fabiana: Si. Al machito lo vi tirado en el piso de la jaula.
Gabriela: Ah, pero la otra seguro esta adentro de la cajita de madera… ¡el nidito que le pusimos adentro de la jaulita!

Gabriela sale al patio a buscar la jaula, que está debajo de la lluvia.

Mamá: ¿Los dos se murieron che? No te puedo creer. ¡Los mató de frío!
Fabiana: Es una pelotuda.
Mamá: Justo ahora que habían puesto los huevitos che, ¡parece mentira que sea tan boluda!

Gabriela entra con los pajaritos. Esta en otra habitación, su pieza. Grita desde allá.

Gabriela: La otra esta en el nidito de madera… ¡pero no hace ruido!
Fabiana: Está muerta ¿qué esperabas?
Mamá: ¡Los mataste a los dos Gabriela!
Gabriela: ¡No me echen la culpa a mi! Los mato la naturaleza.
Fabiana: Si, tu naturaleza incompetente los mato.
Gabriela: ¡La lluvia nena!
Mamá: Tres días afuera, y uno entero debajo de la lluvia. No tenés corazón. ¡No tenés excusa!
Gabriela: Uh ¡¿Por qué no los entraste nena?!
Fabiana: ¡No me grites eh! Tenés 23 años, son TUS pajaritos y sabías que estaban afuera. Son TUYOS y VOS los mataste.
Mamá: Se me parte el alma… ¡pobrecitos!
Gabriela: (Nerviosa) Ay… ¡No te puedo creer que se murieron los dos, che!
Mamá: Gabriela, no quiero que me traigas más animales a casa. Y mucho menos pajaritos. ¡Sos una irresponsable! (pausa, tira unos vegetales en una olla y sigue picando) Y sacalos ahora.
Gabriela: (Cara de impresión) ¿Cómo…?
Fabiana: Que los saques de la jaula.
Gabriela: Pero están muertos…
Mamá: ¿Y que pensas dejarlos ahí? ¿Hasta que se pudran y llenen la casa de olor?
Gabriela: Pero no los puedo tocar… ¡Están muertos!
Fabiana: Agarralos con una bolsa.

Gabriela da un par de vueltas nerviosa, no se anima a tocarlos, siente mucha impresión.

Gabriela: ¿Y qué? ¿Los tiro por el inodoro?
Mamá: ¡No se te ocurra tirarlos al inodoro Gabriela que lo vas a tapar!
Fabiana: No son pececitos, no los podes tirar por el inodoro. Hay que enterrarlos.
Gabriela: Pero mira como llueve, los enterramos mañana. Los saco mañana mejor. Aparte ya nos vamos.
Mamá: Gabriela no dejes a los pajaritos ahí. Si te los olvidaste vivos afuera tres días enteros,  seguro los dejas ahí hasta que se pudran con tal de no tocarlos. ¡Sacalos ahora!
Gabriela: No, no puedo. ¡No puedo mamá, están muertos!
Fabiana: Vas a dejar que se los coma el gato ahora…
Gabriela: ¡Callate nena!
Mamá: ¿Me vas a hacer sacarlos a mi encima ahora?

Fabiana sale del baño. Se pone un abrigo y termina de preparar. Ya esta lista para irse.

Fabiana: Hacete cargo pibita, vos los mataste.
Gabriela: ¡Yo no los mate!
Fabiana: Hacete cargo querés.
Gabriela: Sacalos vos por lo menos. Vos los pusiste afuera ¿O no?
Fabiana: ¿Estas loca? Yo no los voy a tocar. Se murieron por tu culpa (se va a). Irresponsable.
Mamá: Gabriela. Ponelos en una bolsita y los tiramos en la basura.

Gabriela da vueltas, estudia cómo sacar a los pajaritos pero le da mucha impresión, no se anima. Pasan unos segundos y se escucha una bocina.

Fabiana: (desde la puerta) ¡Che! ¡Llego el remis, dale!
Gabriela: ¡Uh! Bueno. ¡Los saco cuando vuelvo y listo!
Mamá: ¡No me dejes los pajaritos muertos adentro de la jaula Gabriela!

Gabriela aprovecha la situación y corre para la puerta. Las dos salen de la casa y se van.

Mamá: Como siempre me tengo que hacer cargo yo de sus cagadas. ¡Veinte años al pedo tienen! (Deja lo que está haciendo y se limpia las manos con un repasador).

La mamá va a la pieza con una bolsita de Disco que sacó de un cajón en la cocina.

Mamá: No tiene vergüenza. (Llega a la jaula, la ve. Se impresiona) ¡Mirá! ¡Pobrecitos! ¡Empapados están! (pausa) ¡Sin comida ni agua los dejo encima! Es una hija de puta… (pausa) ¡No tiene corazón! ¡No tiene Corazón, pobrecitos!

La mamá va sacando delicadamente los pajaritos y poniéndolos en una bolsa, mientras expresa bronca y tristeza. Esta muy triste.
Se baja la luz y termina.

(Material protegido por derechos de autor (C) 2010 – No digan después que no les avisé.)

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